Entorno
Al norte de la provincia de Huelva, a una hora de Sevilla, en mitad de un frondoso Parque Natural, Linares de la Sierra disfruta de un entorno privilegiado en el que el tiempo parece detenerse. En el corazón de la zona de la Denominación de Origen Controlada de Jabugo, los paisajes son la manifestación de una alianza ancestral entre el hombre y la naturaleza. Los horizontes de encinas y alcornoques que conforman la dehesa, reserva de la biosfera reconocida por la UNESCO, ocultan un rosario de pueblos blancos ricos en patrimonio arquitectónico, pero también inmaterial, ligado a un saber ancestral, evocador de oscuros secaderos donde se curan sin prisa los mejores jamones del mundo.
Antes o después de una comida en Arrieros, nos tomaremos el tiempo para descubrir el encanto intacto de pueblos como Alájar, Almonaster la Real, Aracena, Aroche, Castaño del Robledo, Cortegana, Cortelazor, Cumbres Mayores, Fuenteheridos, Galaroza, Higuera de la Sierra, Valdelarco o Zufre. Dentro de esta larga lista, Linares de la Sierra, antaño conocido como El Valle Escondido a causa de su excepcional ubicación, es el secreto mejor guardado de la zona: uno de los pueblos más pequeños, pero también más encantadores de esta comarca, que se ha convertido en una joya del turismo de interior, en busca de una Andalucía intemporal. Linares de la Sierra nos seducirá con sus estrechas callejuelas perfumadas de azahar y jazmín, sus alfombras empedradas a la puerta de sus casas, su imponente iglesia, su pintoresca plaza de toros, el murmullo del agua de sus fuentes y antiguos lavaderos, todo ello en un clima de calma y autenticidad.